Lo mejor y para todos

El viejo régimen luchando por sobrevivir en medio del desorden de la transición

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En el inicio de la presente administración, el actual presidente AMLO ha hecho cumplir su promesa de no ser vengativo ni de hacer cacería de brujas. Sin embargo los lideres cupulares del viejo régimen así como sus incondicionales, se acomodan a la espera de ser dirigidos en una transición desordenada como nunca en la historia del país. Pareciera una suerte que presidencia gigante junto a un pequeño apéndice representando al resto de su gobierno. La oposición, menguada, distante y desconsolada; por momentos se manifiesta radical con señalamientos de retroceso y regreso al presidencialismo mas conservador. Las mejores articulaciones van forjándose dentro de las cámaras, donde se profundizan las discordias y la confrontación abierta a los cambios en el Gobierno.

De ahí ya no se puede sacar nada según dicen los ahora opositores. Sin embargo, nunca hay que subestimar la capacidad prevalecedora de las corrientes políticas. Si alguien sabe hacer mas con menos, sobre todo al aplicar presupuestos desnutridos son ellos. Ellos son capaces de sacar oro hasta por debajo de las uñas de los pobres, y lo han hecho. ¡No los den por muertos!

Ahora, además de los grupos políticos, tenemos a los personajes ya puestos bajo el reflector de la 4T como los abiertos opositores. Gentes como Claudio X. González Guajardo y Gustavo de Hoyos se transforman en los nuevos Jefes Diego y Salinas del nuevo régimen. Astutos, blindados y bañados en perfiles empresariales y activistas se dibujan por otro lado siniestros y poco escrupulosos moralmente. La lista de “trabajitos” que le han cobrado al Estado en el régimen pasado es larga e histórica.

La aplastante maquinaria priista ahora es arrancada de la operatividad social y reemplazada por la articulación milimétrica de los gigantescos programas de ayuda social que la 4T esta sembrando en todo el territorio. No dejando espacio a la visibilidad opositora en el escenario político. AMLO los esta borrando del mapa aunque sigan asomándose en los medios que les siguen siendo fieles.

Lo que queda es la calle y erosionar la credibilidad con mentiras, confusión y critica incendiaria. Sin argumentos pertinentes, las ocurrencias alguien las creerá, como fue en el pasado. Lo que saquen es bueno y el pueblo con nada está contento. La marejada se calmará y regresaran las pirañas a terminarse el cuerpo que no termina de sangrar.

Todo imaginamos, menos que la rutina actual sería ver a un gobierno desgarrándose las manos por cambiar la realidad y una oposición pasiva y relajada escogiendo los miles de puntos débiles que emergen con cada decisión gubernamental. Las preguntas en el aire son: ¿el pueblo abandonara al presidente en turno como sucede en cada sexenio? ¿Lo pusieron en la silla para criticarlo y sentarse a esperar que solo él transforme al país? No olviden que una de las frases recurrentes de AMLO es: “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, claramente nos está advirtiendo algo. Y eso es que él no lo logrará solo.

Imagen: “La Ley de Herodes”, 1999.

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