Apatzingan junto con Iguala y Tlatlaya, conforman y siguen el prototipo perfecto de casos antiguos y emblematicos como Acteal, el 2 de octubre del ´68 o más recientemente en Atenco en Mayo del 2006. La lista de pasos que se siguieron, generaron un resultado muy similar y amenazan con ser la lapida del actual gobierno. Malos operativos, violación a los derechos humanos, desaparición forzada, cierre precipitado de expediente y hasta una apresurada conferencia de prensa que nadie creyó, han construido un caso que se prevé tortuoso y desgastante. Mas aun ahora que para colmo de males se ha documentado sólidamente fuera del país haciendo ver mas ridículas las versiones oficiales del caso. Tardíamente Gobernación, ha salido al rescate de algo que se presume inabordable, pero dadas las circunstancias, necesario de retomar por los responsables en el gobierno. Como el principal protagonista de este desastre, figura el nuevamente célebre Alfredo Castillo, colaborador obligado de EPN, el cual ha dado muestras cada vez mas aterradoras de su improvisada e ineficaz capacidad al frente de cualquier función. Por sorprendente que parezca, aun así, para Peña Nieto, eso esta aun a discusión, ya que lo ha nombrado ahora titular de la CONADE. Lo cual deja en la impunidad la pésima labor de este funcionario a pesar de la aprehención reciente de La Tuta.
De confirmarse (a manos de la PGR es sumamente lejano) los crímenes que han sido denunciados, Alfredo Castillo sería principal responsable de tan deplorable operación a manos de una policía que además nunca fue capaz de restablecer el orden a partir del uso adecuado de la Ley en el estado de Michoacan.